007 - Declaración de prioridad de conservación de los bosques secos tropicales en Sudamérica

007 - Declaración de prioridad de conservación de los bosques secos tropicales en Sudamérica

Versión más reciente en este idioma: Versión para votación electrónica | Publicado en: 01 Sep 2020

RECONOCIENDO que los Bosques Secos Tropicales (BST) son altamente frágiles y vulnerables a los contextos de transformación actual y a escenarios de intensificación de las sequías y fuegos, ​y que albergan organismos únicos adaptados a condiciones de estrés hídrico, importantes en las estrategias de adaptación al cambio climático;

OBSERVANDO que el conocimiento de la biodiversidad y el funcionamiento ecológico del BST es insuficiente ​​​y que más del 97% de las coberturas actuales de este ecosistema se encuentran ​​​​​​en peligro de extinción a nivel global como consecuencia de diversas amenazas por el cambio de uso del suelo y el cambio climático;

CONSIDERANDO que en las Américas se encuentra el 54% de todos los BST del mundo, particularmente en Sudamérica y que sólo el 5% de estos bosques están legalmente protegidos;

DESTACANDO que en países como Colombia y Ecuador permanecen sólo el 8% y 2% respectivamente de los BST originales y que aún existen bloques importantes como el Bosque Seco Chiquitano, Cerrado y el Chaco tropical (Argentina, Bolivia, Brasil y Paraguay), cuyas tasas de deforestación son crecientes y alarmantes;

CONSIDERANDO la importancia de la conservación del Chaco por ser la única ecorregión fuera del Amazonas que aún mantiene gente no contactada que vive en aislamiento voluntario, del pueblo indígena Ayoreo, entre Bolivia y Paraguay;

SEÑALANDO que los recientes estudios basados en la Lista Roja de Ecosistemas indican que en las Américas los BST están en peligro de colapso y que en el período seco de 2019 se han quemado más de dos millones de hectáreas, sobre todo en Argentina, Bolivia, Brasil y Paraguay;

CONSCIENTE de que el 66% de los reservorios de agua dulce en las Américas están asociados a los BST y que más de 100 millones de personas dependen de estos ecosistemas, siendo fuentes de seguridad alimentaria para pueblos y comunidades indígenas;

RECORDANDO que la mayor parte de las Resoluciones previas de la UICN vinculadas a la conservación de bosques y paisajes boscosos ponen énfasis en los ecosistemas de bosques templados o tropicales lluviosos, como la Resolución 016 Bosques tropicales (Ashkhabad, 1978), la Recomendación 029 Alteración de bosques tropicales y extinción de especies (Perth, 1990) y la Resolución 061 Estrategia de la UICN para los ecosistemas de bosques tropicales de las cuencas de la Amazonía, del Congo y del sudeste de Asia (Jeju, 2012); y

RECORDANDO ADEMÁS que la UICN cuenta con Resoluciones que destacan el valor de la protección de los bosques primarios (Resolución 045 Protección de los bosques primarios, entre ellos los paisajes forestales intactos (Hawai‘i, 2016)) y el peligro de la deforestación y degradación de los suelos relacionados a la desertificación y al cambio climático (Recomendación 134 Respuesta a la deforestación y degradación de los suelos relacionadas con el cambio climático y la desertificación (Barcelona, 2008));

El Congreso Mundial de la Naturaleza de la UICN, en su sesión de Marsella, Francia:

SOLICITA al Director General que:

a. haga un llamado a todos los Estados, y en particular a los de Sudamérica, para que:

i. realicen esfuerzos orientados a la evaluación del estado de conservación de los ecosistemas de BST, involucrando a los pueblos indígenas y comunidades locales y siguiendo los protocolos de la Lista Roja de Ecosistemas de la UICN;

ii. determinen el valor biológico y económico de las funciones ecosistémicas de estos bosques en estrategias de desarrollo socioeconómico y de adaptación al cambio climático;

iii. establezcan como prioridad el incremento de la superficie protegida de BST bajo diferentes figuras jurídicas; y

iv. promuevan procesos y mecanismos de incentivos económicos y sociales para el resguardo de los BST en esquemas de producción agropecuaria sostenible;

b. inste a los organismos internacionales y programas de las Naciones Unidas, especialmente a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), al Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), al Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), a la Plataforma intergubernamental científico-normativa sobre diversidad biológica y servicios de los ecosistemas (IPBES), y a la Organización Internacional de las Maderas Tropicales (OIMT), a que tomen en cuenta la condición de fragilidad y el estado de deterioro de los BST de Sudamérica y establezcan y/o promuevan agendas conjuntas que incorporen acciones de conservación, manejo efectivo, restauración y uso sostenible de estos ecosistemas involucrando a los pueblos indígenas y comunidades locales; y

c. pida a la Oficina Regional Sudamericana (UICN América del Sur) y a la Comisión de Gestión de Ecosistemas (CGE) de la UICN que promuevan una estrategia regional, mediante uno o más eventos, con participación de los Miembros, de especialistas en ecología y manejo efectivo de los BST y pueblos indígenas y comunidades locales, enfocado a generar incidencia a nivel de los Estados, el sector privado y la sociedad civil para apoyar la conservación de estos ecosistemas.

Los Bosques Secos Tropicales (BST) conforman ecosistemas de alta fragilidad debido al clima con déficit hídrico, lo que los hace altamente vulnerables al fuego y a la degradación y albergan organismos adaptados a condiciones de estrés hídrico, lo que los hace potencialmente importantes en las estrategias de adaptación al cambio climático. Los BST presentan una cobertura de un millón de km2 a nivel global. Más de la mitad (54,2%) se encuentra en Sudamérica y el resto divida entre Norte y Centro América, África y Eurasia, con una pequeña proporción (3,8%) en Australasia y Asia suroriental (Miles et. al 2006; Portillo-Quintero & Sánchez-Azofeifa 2010). En América subsiste el 44% de los BST originales y sólo el 5% están legalmente protegidos. El 97% de los BST se encuentran a nivel global en peligro como consecuencia de diversas amenazas, especialmente por el cambio de uso del suelo para la agricultura y la ganadería, fuegos y el cambio climático. El BST en Sudamérica está presente en Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Brasil con las mayores extensiones continuas en Bolivia y Brasil (Portillo-Quintero & Sánchez-Azofeifa 2010) y es uno de los bosques neotropicales más vulnerables y en riesgo de extinción (Ferrer-Paris et al 2018). Algunos países cuentan con menos del 10% de su extensión original (Dryflor et al 2016) y especialmente en Colombia y Ecuador sólo restan el 8% y el 2% de los BST originales y en otros países como Bolivia, Brasil, Paraguay y Argentina están bajo fuerte presión como el Bosque Seco Chiquitano, el Cerrado, la Caatinga y el Chaco, cuyas tasas de deforestación es creciente y alarmante (Vides-Almonacid & Justiniano, 2011). Su biodiversidad es poco conocida, así como las dinámicas ecológicas y valoración de sus servicios ecosistémicos, por lo que es necesario incrementar los esfuerzos de investigación que permitan un mejor entendimiento sobre su ecología (Sánchez-Azofeifa et.al, 2011). La alta rotación florística en los diferentes BST del Neotrópico indica que se necesitarán numerosas áreas de conservación en muchos países para proteger la diversidad completa de los bosques secos tropicales (Dryflor et al 2016). El 66% de los reservorios de agua dulce en América se encuentra en ecorregiones con bosques secos y más de 100 millones de personas se asientan en este tipo de ecosistemas, que son fuente de seguridad alimentaria, hábitat y sustento económico para pueblos y comunidades indígenas. Frente a los riesgos de desastres para una población creciente en un contexto de vulnerabilidad, exacerbado por el cambio climático, estos ecosistemas son críticos para mantener o incrementar su resiliencia. Los BST en Sudamérica retienen en promedio 55 tC/ha (Houghton 1999; DeFries et al 2002), cuya destrucción y degradación por los incendios forestales contribuye a la emisión de GEI que afectan el clima global, regional y local. La mayoría de las resoluciones previas de la UICN sobre la conservación de bosques ponen énfasis en los ecosistemas templados o tropicales lluviosos (GA 1978 RES 016, GA 1990 REC 029 y WCC-2012-Res-061-SP). A su vez, la UICN cuenta con resoluciones que destacan el valor de la protección de los bosques primarios (WCC 2016 Res 045) y el peligro de la deforestación y degradación de los suelos relacionados a la desertificación y al cambio climático (WCC 2008 REC 134). Esta moción busca llamar la atención sobre la prioridad de acciones de conservación de los BST en Sudamérica.
  • Asociación para la Conservación, Investigación de la Biodiversidad y el Desarrollo Sostenible [Bolivia]
  • CULTURA AMBIENTAL [Uruguay]
  • EcoHealth Alliance [United States of America]
  • Ecoa - Ecologia e Ação [Brazil]
  • Fundación Habitat y Desarrollo [Argentina]
  • Fundación Natura Bolivia [Bolivia]
  • Fundación Vida Silvestre Argentina [Argentina]
  • Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano [Bolivia]
  • Instituto Sociedade, População e Natureza [Brazil]
  • The WILD Foundation [United States of America]
  • Wildlife Conservation Society [United States of America]

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